El protocolo impuesto por el Estado de Alarma ha obligado al Comedor a ajustar prácticamente todos sus servicios.
El confinamiento de las personas en sus lugares de residencia, la limitación de la movilidad y la adopción de medidas para evitar el contagio del COVID 19, ha requerido la adopción de las siguientes medidas, que alteran el procedimiento habitual del Comedor y el de todos sus Servicios.
1. El Comedor ha tenido que sustituir el servicio de comedor por la entrega de la alimentación envasada para ser consumida en los lugares de procedencia de sus usuarios, contando con la inestimable ayuda del Banco de Alimentos y el de diversas entidades y personas que han respondido con colaboraciones valiosas para atender a todos los necesitados, cuya cola, controlada en distancia, da la vuelta a la manzana.
2. Durante el Estado de Alarma no hemos podido contar con voluntarios, lo que ha hecho redoblar el esfuerzo de la Comunidad de Hijas de la Caridad y los empleados contratados.
3. Las duchas han permanecido cerradas todo el tiempo, hasta el lunes 25 de mayo, día en el que se ha habilitado una ducha de emergencia en el patio de entrada para las personas que permanecen en situación de calle, siguiendo el protocolo de desinfección tras cada uso y la distancia mínima exigida entre cada usuario.
4. El Ropero también se ha visto afectado en lo que a recogida de ropa se refiere, ahora suspendida, manteniendo la entrega de prendas ya clasificadas a demanda de los usuarios del Comedor y a pedidos de algunas familias necesitadas.
5. Las actividades de Trabajo Social también han debido centrarse en cubrir las necesidades básicas.
6. El Economato tuvo que cerrar a mediados de marzo por las lógicas condiciones del Estado de Alarma. En el tiempo que ha permanecido cerrado, hasta el 13 de mayo, se llevó a cabo la adecuación de las normas sanitarias con la búsqueda de guantes (para los voluntarios y los clientes), mascarillas, pantallas y la instalación de mamparas en las cajas. Igualmente se realizó la distribución de las entidades colaboradoras, atendiendo al número de familias que cada una subvencionaba, para que sólo enviaran unas 60 familias por turno. Se limitó el aforo a solo 8 personas, lo que llevó a aumentar los turnos de atención, de 2 a 3 por semana, para poder atender a todas y cumplir con la máxima de no contribuir a la propagación del virus. Se prevé que en los próximos meses habrá un incremento entre 40 y 50 familias