Santa Luisa de Marillac. 120 años del Comedor Social de Triana
Todos los años llegado el 9 de mayo la Iglesia celebra la solemnidad de Santa Luisa de Marillac y la familia Vicenciana se une a la celebración con responsabilidad y gran alegría por el Carisma recibido de su cofundadora que junto a San Vicente de Paúl crearan la compañía de las Hijas de la Caridad en 1633.
Este año en Triana la celebración es doble al coincidir esta con los 120 años de la inauguración del Comedor Social de Triana el 9 de mayo de 1904 por parte de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, con motivo de cumplir la mayoría de Edad el rey Alfonso XIII.
Por aquella época la situación social era de extremos, ser rico o ser muy pobre era la situación social dominante de las personas; para paliar las consecuencias de esa pobreza la Real Maestranza de Caballería de Sevilla dona a las Hijas de la Caridad la finca con la edificación de una Escuela y Cocina Económica en calle Pagés del Corro que le pondrían por nombre, Nuestra Señora del Rosario para que ellas gestionaran y garantizaran en el centro construido, la formación de los hijos de las familias con graves carencias del arrabal trianero y facilitaran en el Comedor, el desayuno almuerzo y cena a los alumnos que asistieran a la escuela junto con unas 20 personas ancianas que diariamente también se les daba de comer. Así ha sido desde 1904 hasta el día de hoy, las Hijas de la Caridad han conseguido estar más de un siglo sirviendo y ayudando a todas aquellas personas que por diversos motivos han necesitado su apoyo.
Han pasado 120 años y la misión para la que fue creado el Comedor sigue siendo necesaria: paliar los desajustes sociales que aún persisten hoy en día. En este siglo de funcionamiento, el comedor se ha convertido en un fiel reflejo de la problemática social. Iniciaron su andadura atendiendo a familias necesitadas del barrio, reinventándose continuamente para actuar durante la guerra civil, el azote de la droga de los años 70, la crisis económica del 2008, y en la actualidad, una sociedad del siglo XXI que deja fuera del sistema a diversos grupos de población como migrantes, personas sin hogar, mayores solos y parados de larga duración.
Actualmente en el Comedor durante 2023 se han atendido: a 3.840 personas, sirviéndose una media diaria de 280 Comidas con la misma cantidad de Bocadillos y Postre para la cena, a 30 personas por cada día de Duchas, 691 personas en el ropero y a 320 personas de media al mes en el servicio de Acogida.
Por otro lado hay que considerar que el Comedor y su barrio han ido formando con el tiempo una simbiosis necesaria y esencial para haber podido mantener este centro de acogida con sus puertas abiertas tanto tiempo, acogiendo sobre todo a los excluidos del sistema, personas sin hogar, etc. extrapolándose sus servicios fuera de sus límites, admitiendo a personas no sólo del barrio si no del entorno más próximo y transeúntes, así que ayudados económicamente o con alimentos por entidades públicas, privadas y personas particulares sensibles a las necesidades existentes, junto con el equipo humano de trabajadores y más de 150 voluntarios, las Hijas de la Caridad entregadas sus vidas por vocación a los más necesitamos, hacen realidad cada día el mandato del Señor «Dadles vosotros de comer». En el Comedor se hace realidad diariamente la multiplicación de los panes y de los peces, coordinando todos los esfuerzos para que nunca falte la comida y aprovechando al máximo todo lo que nos llega. Sabiendo gestionar satisfactoriamente los recursos insuficientes para llegar a fin de mes como sucede en cualquier familia con todos sus miembros -en nuestro caso usuarios-, con graves carencias económicas y en los límites de la exclusión social.
Os damos las Gracias a todos, los presentes y a los ya ausentes que colaboráis o habéis colaborado aportando medios de distintas maneras en estos 120 años, haciendo posible abrir el comedor con continuidad sin faltar un solo día en todo este más de un siglo de existencia, apoyando de esa manera nuestro compromiso social con las personas más desfavorecidas de nuestro entorno.
Por nuestra parte desde el Comedor seguiremos con la esperanza de que algún día no haga falta ya su existencia, pero mientras tanto aquí seguiremos luchando con ilusión y la alegría de estar realizando una labor humana necesaria e imprescindible y por el momento insustituible.
¡GRACIAS! En nombre de todas las personas usuarias del Comedor que se han alimentado, aseado, vestido y han sido apoyadas en su integración social, en este más de un siglo de existencia.